La Unión la lanzó a las estrellas en 2008, aunque sin talento y cualidades para ello difícil es mantenerte en un firmamento tan preciado. La cantaora Rocío Márquez llega de Japón, prepara su nuevo disco y tiene una mirada limpia hacia el arte. Desde Plutón, la Galaxia Flamenca se ha acercado para hablar con ella y compartirlo con vosotros. ¡Magia!
Hola Rocío, llegas de visitar el país nipón por primera vez. ¿Qué sensaciones traes de allí? ¿Cómo se vive el flamenco tan lejos?
Lo que me sorprende más de aquella cultura, seguramente por reacción directa a la nuestra, es lo comedidos, lo medidos que son en sus reacciones. No pienso ni quiero decir que sean fríos, pero sí que tienen otro modo de expresar su entusiasmo; es lo opuesto al flamenco, creo que el contraste es lo que les atrae de nuestro arte, y del mismo modo es lo que a mí me atrae de ellos. Visitar Japón me llega, es lo contrario a lo que estoy acostumbrada y la experiencia es muy enriquecedora.
Cuando parece que los debates de «cante gitano» y «cante payo» han terminado, ahora la afición intenta dividir a los cantaores/as entre «cante de cuna» y «cante de academia». ¿Qué opinión tienes sobre esto? ¿No se puede ser de los dos «sitios» a la vez?
Yo creo que totalmente, se puede ser perfectamente de los tres sitios a la vez: artista de cuna, artista de academia y ambas cosas combinadas. No creo que la diferenciación ayude, del mismo modo que no ayuda la de gitanos y payos. Pienso que lo legítimo es que cada uno llegue a hacerse artista flamenco como considere y sea más coherente con su manera de vivir la vida y el arte.
Sabemos que tienes tu segundo trabajo terminado. «El Niño. Andando por los campos marcheneros», ¿No te da miedo de que te tachen de «marchenera» ahora que una etiqueta vale más que mil cantes?
En realidad este trabajo era una necesidad, algo que llevo haciendo mucho tiempo. Hay que intentar o al menos yo intento que el miedo al cómo te vea la gente no paralice lo que tienes que hacer, lo que haces.
La gente pone etiquetas aunque no exista un disco (como en este caso será mi homenaje a Marchena), se etiqueta por el modo de cantar, y es todo un poco aleatorio: muchas veces te ponen adjetivos que no tienen nada que ver contigo.
En el caso de Marchena, soy admiradora, por supuesto, aunque también lo soy de otras corrientes y maneras de cantar y enfrentar el arte flamenco. Creo que a nivel de percepción, el tiempo lo pone todo en su sitio, etiquetas incluidas.
Te hemos visto en directo, hemos escuchado tu «Claridad» y hemos leído y realizado crónicas sobre tus recitales. La palabra más escuchada y leída cuando se refieren a ti es «sublime»… «ha cantado sublime», «ha hecho una seguiriya sublime», «un recital sublime», «una voz sublime»… Sin duda es tu adjetivo. ¿Por qué crees que nos pareces tan sublime?
Lo cierto es que no puedo decir mucho ante una pregunta como esta, es un poco apabullante. Por un lado es un honor que la percepción del público sea esta, pero me gustaría dejar claro que en ningún momento es algo premeditado, no es algo en lo que piense, aunque me llena de alegría. Es algo que escapa a mi control, aunque lo que sí que intento es que el proceso sea de dentro para afuera, no de fuera hacia dentro: intento cantar desde mí para el público pero sin tener en cuenta la reacción o el qué dirá o sentirá el respetable.
Para terminar, como sabes, somos una página nueva que está empezando y nos interesa la opinión de una persona como tu. ¿Qué consejos das tu a las personas que comienzan, como nosotros, un proyecto nuevo? Gracias por tu tiempo y nuestros mejores deseos.
En general pienso que cuando lo que te mueve es el amor a lo que haces no deberíamos tener ningún miedo, simplemente intentar escucharnos a nosotros mismos e intentar llevarlo a cabo. Creo que muchas veces el miedo es lo que paraliza y complica las cosas, si las haces con la mejor intención y desde el respeto al final siempre salen. Cuando veo un proyecto en el que hay tantas ganas e intención como en el vuestro yo no tengo duda de que la cosa saldrá adelante.
Como termina la nana que le escribí para mi sobrina en mi anterior trabajo:
“que con los ojillos abiertos
también se puede soñar”
Mas info en: www.rociomarquez.com
Para los que hemos tenido el placer de verla y oírla en directo muchas veces es algo que no se puede explicar. Cuando la veo y la oigo y todo acaba, estoy deseando que llegue el momento de verla otra vez se vuelve un@ a casa con una energía muy positiva
Me gustaMe gusta