Este interrogante ha sido de las cosas que más me costó a aprender porque en un principio yo metía todo en el saco de cantes de levante y lo que me sobraba en el saco de cantes libres. Pues no, la clasificación mía era errónea.
Seguí el patrón que José Blas Vega que exponía que se denominan cantes de levante a los estilos de Granada (granaína, media granaína y fandangos), Málaga (malagueñas, jaberas, verdiales, rondeñas y fandangos), Jaén (taranta), Almería (taranto) y Murcia; y cantes de las minas a un subgrupo que abarca las poblaciones mineras de Jaén, Almería y Murcia solamente. En el grupo de cantes libres, entonces, dejé los palos con ausencia de compás en acompañamiento.
Los cantes de las minas murcianos, que repito, están dentro de los cantes de levante son la taranta, el taranto, la minera la cartagenera, la murciana, la levantica y el fandango minero. La principal característica para diferenciarlos es la línea melódica del cante. Escuchar y escuchar, pero mirando bien las etiquetas, ya que el toque va libre de compás excepto en el taranto.
Empezando por la taranta que es la referencia que se suele utilizar para identificar a los demás, se cree que su origen sea de Almería y su forma venga de la evolución de los fandangos locales.
El taranto se distingue principalmente por ser el único de estos cantes que tiene compás en el acompañamiento, siendo los demás el toque y el cante libre sin ritmo establecido. Su remate para el baile se realiza por tangos.
La minera es la que tiene el origen un poco disperso y lo más posible es que venga de los llamados “cantes de madrugá” que cantaban los mineros de camino al trabajo. Los patrones que actualmente se siguen por la zona de Cartagena y La Unión son Pencho Cros o Encarnación Fernández.
La cartagenera tiene de todo un poco, algo de taranta, algo de “cante de madrugá” y algo de fandango local evolucionado.
La levantica es una rama de la taranta, este cante se le atribuye al unionense Juan “El Albañil”, y su intérprete más reconocido es el Cojo de Málaga que aportó a la mayoría de estos cantes una creatividad innata.
Para finalizar tenemos la murciana, que remanece de la taranta y sellada por el Cojo de Málaga también.
Estos cantes mineros que provienen de la matriz de las malagueñas, pasaron por Almería y finalmente llegaron a La Unión han tenido como referentes al menos en algunas de sus modalidades a Don Antonio Chacón y el Cojo de Málaga principalmente, sin desmerecer a: El Pena, Manuel Torre, Pastora Pavón, Bernardo el de los Lobitos, Jacinto Almadén o Juanito Valderrama, Antonio Piñana, Manuel Vallejo, Niño de Cabra, José Cepero, Manuel Escacena o Pepe Marchena.
Y tras lo expuesto sobre cantes mineros, si viajamos al Festival Internacional del Cante de las Minas veremos cómo en su concurso reducen este abanico de melismas y aportaciones de forma casi estricta a los maestros de Cartagena y La Unión para conservar así su esencia y su sello en el gran árbol y en la historia del cante flamenco.
Yo prefiero disfrutar de todos los intérpretes y de toda la creatividad que otorgaron a los cantes mineros, pues resulta más fácil siempre escuchar los estilos de ellos cuando se recorren otros lares flamencos. Pero para agrandar el círculo también es necesario que abrir la mente.
Todo parece muy fácil. ¿A que sí?
Gracias! Me ha venido fenomenal!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegra que te sirva. Hay un vídeo en el menú lateral que seguro que te gusta… Disfruta, estás en tu casa.
Me gustaMe gusta