El baile flamenco con temperamento y fuerza, saber estar en un escenario, arañarse y crecer; en definitiva soñar. Eso es lo que hace la granaína Fuensanta «La Moneta» que ganó el Desplante en el Festival Internacional del Cante de las Minas por casualidad y ahora es una de las mejores bailaoras del panorama. Con apenas 30 años ha demostrado al mundo que no hace falta crecer en un ambiente flamenco ni tener una herencia. Sí se nace es suficiente. Eso sí, ha desarrollado su inquietud desde pequeña y este ha sido el resultado: tiene el mundo a sus pies. Desde Plutón conectamos con ella para que nos respondiera a todo lo que queríamos saber. Arranca el cosquilleo en la galaxia flamenca con «La Moneta».
Fuensanta, mil y una gracias por atendernos. Lo primero que queremos saber… a ver… tú ganas en La Unión con 19 años y en vez de salir a los escenarios por tu cuenta con tu premio te vas a la Compañía de Javier Latorre. No es normal pero es inteligente. ¿Te has dado cuenta con el tiempo del enorme acierto?
Cuando el Desplante llegó a mí yo contaba con 19 años y me convertí en la bailaora más joven hasta ese momento en alzarse con el premio. Tal era esa juventud que mi carrera estaba incompleta, en el sentido de que me quedaban muchas cosas que hacer…. Por ejemplo, aún no había pasado por una compañía, y esa experiencia era desconocida para mí, la cual considero que es muy necesaria en el aprendizaje de un artista. Así que ese era el siguiente paso que me tocaba dar, ya que intenté no verme deslumbrada por el brillo del premio y ser realista con la situación en que se encontraba mi carrera. Además, la responsabilidad de llevar ese premio acompañándome el resto de mi vida era tan grande, que sentía que tenía que prepararme muy bien para seguir siendo digna de él con el paso de los años. ¿Y quién mejor que Javier Latorre? Maestro, coreógrafo, persona… aprendí mucho al lado de él. Hoy, analizando en el tiempo mi decisión, considero que fue sensata y acertada. Gracias también a mi entorno, mis padres, mi mánager… Que en ese momento, como en todos los momentos importantes y decisivos de mi vida, estuvieron ahí y me aconsejaron bien. Por otro lado, siempre me sentiré agradecida a La Unión y al Desplante, que supusieron un aliento para mí, para seguir caminando en el flamenco con fuerza y me dieron a conocer.
Segunda pregunta, la gente flipa con tu baile. Lo digo con conocimiento porque siempre que he ido a verte el público sale emocionado; entonces llega la duda… ¿Está bien pagado el baile flamenco ahora mismo o los artistas estáis arriesgando mucho para poner un cartel vuestro en un teatro?
Yo no sé si el flamenco en general esta bien pagado, lo que si sé es que la situación es confusa, hay un intervencionismo exagerado que desvirtúa la realidad. Aún arriesgando es muy complicado encontrar espacio para presentar las obras. Las políticas culturales intervencionistas lo distorsionan todo porque parece que solo buscan la propaganda. Las ayudas eficientes deberían de tener como último destinatario el público, esto fomentaría la relación del público con los artistas. Dicho lo anterior, es verdad que el público que acude a verme, me trasmite su energía y esto hace que el arte fluya, que la experiencia estética cristalice y tanto yo, como el público, vivamos en diferentes planos la emoción y la magia del flamenco.
Hablemos de tu atrás, te rodeas de lo mejor que hay siempre. Deducimos que buscas también la calidad en el cante, en el toque y en el compás que te acompaña. ¿Cómo de importante es esto para ti?
Para mí el acompañamiento es un tanto por ciento muy elevado de un espectáculo. En mi concepto de espectáculo es fundamental la calidad y la afición de todos los que participan en el mismo. Es muy importante sentirse rodeada de un cante y un toque que te inspiren y te hagan estremecerte y sentir que eres capaz de hacer cualquier cosa, de estar libre sobre un escenario. Esto se da cuando además se toman esto de una forma muy profesional y son puntuales, responsables, trabajadores… Cuando nos juntamos en un estudio me gusta haya un buen ambiente, así todos nos sentimos relajados y libres de aportar. Me gusta escuchar qué tienen que decirme o que visión tienen de algo que estemos desarrollando, para aprender de ellos y hacer más rico el lenguaje del espectáculo en el que estemos trabajando. Además, no sólo son mis compañeros cuando ensayamos. También viajamos mucho y pasamos muchas horas juntos, así que nos consideramos un equipo en todos los sentidos. Creo que esa comunicación es palpable cuando se nos ve en un escenario. También procuramos que cobren el máximo posible y que tenga sus derechos laborales cubiertos.
Me gustan tus montajes por tu personalidad. El baile flamenco es muy visual y tu estética es sencilla y fantástica. Cuando coreografías tus espectáculos, ¿Montas según lo necesitas o según crees que lo necesita el público? ¿En qué estas pensando ahora?
Normalmente me suelo guiar por mis inquietudes y mis necesidades, no por las modas que se impongan en el momento. Aunque me gusta estar informada de todo lo que está pasando y apoyo que surjan nuevas tendencias, igualmente comparto muchas de ellas. Eso significa que el flamenco está vivo. Últimamente tengo la necesidad casi obsesiva de encontrar soluciones a mis reflexiones sobre la danza colectiva. Yo siempre me veía en la tradición de la flamenca solista, pero de un tiempo a esta parte me interesa mucho el “ser colectivo”, las posibilidades de una expresión coreográfica flamenca. Encuentro que mi lenguaje artístico tienen mucho que encontrar por ese camino. Claro que, si es difícil mantener una pequeña compañía, imagina lo que supone una compañía donde participen 12 ó 14 bailaoras/es. Por lo que de momento estamos en la fase de investigación, que es muy apasionante. El curso pasado creamos en Granada el Laboratorio Coreográfico de Flamenco Urbano, es un ente del que nos servimos para reflexionar sobre la danza flamenca y todo lo que la rodea, vestuario, temas, relaciones profesionales, otras artes. La verdad que ha sido un curso muy interesante y ya tenemos un proyecto para desarrollar fruto de los talleres y asambleas.
Y para terminar, con sinceridad. ¿Crees que estás en el sitio que te corresponde en tu profesión?
Creo que esto es una carrera de fondo. Y yo voy dando pasitos. A veces errados, a veces acertados… así es la vida… Yo soy exigente y siempre quiero más de mí, así que no voy a discutir si estoy donde me corresponde o no. Solo quiero estar mañana un pasito más adelante de donde estoy hoy. Y que me dejen hacerlo… Me molesta mucho sentirme condicionada por las modas, las imposiciones y la forma de actuar de determinados irresponsables que hacen daño al arte flamenco con sus malas gestiones. Hay una ansiedad que se apodera de mí y me acompaña desde pequeña, BAILAR. Sólo quiero eso, BAILAR.
Nuestro mejores deseos y larga vida al flamenco de verdad. Óle tu.
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