«Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos,
a Jesús el Nazareno»
Saetas como ésta te cantarán a ti, mi Nazareno,
saldrán de las rotas gargantas y te llegarán a través del viento…
Ay! Mi Nazareno,
Tienes la mirá perdía,
Una cruz sobre tu espalda,
En la cabeza una corona de espinas,
Y las lágrimas de sangre manchan tu cara.
Ay! Mi Nazareno,
llega ya la Semana Santa,
Y a ti el primero te visten de gala.
En la noche de miércoles Santo,
to el Puerto en la calle te estará esperando…
Los tambores anunciarán tu salida,
Las mujeres ataviadas de negro riguroso,
Con la teja y la mantilla,
Llevarán tu perdón en su rostro.
Las velas de los nazarenos alumbrarán tu camino…
Ay! Mi Nazareno,
y tus elegantes horquilleros te balancearán a paso lento.
En la recogida,
Allí estaremos para darte la despedida,
En la puerta del Templo,
Ay! Mi Nazareno,
¿quién serías tu sin tus horquilleros?
que al toque de llamador,
te subirán al mismo cielo,
y todos gritaremos al viento:
¡Viva Nuestro Padre Jesús el Nazareno!


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