Como aficionada al flamenco, malgasté los primeros cortes buscando a la Rocío Márquez de hace 15 años, la de la lámpara minera, la que sonreía a todos, que siempre quedaba bien, la que sufría por desagradar. Hubo un momento en el que me di cuenta que tenía que dejar de buscar esa piel, como en sus seguiriyas.
El Post Camarón
Ciegos con el sueño de ser el post, del post, del post. La imitación de la imitación. La marca blanca. Olvidándose de su talento propio, porque no parece suficiente, y están ensombrecidos por complejos y frustraciones que disimulan y silencian. Esta es la consecuencia de los genios, los post artistas. El daño colateral. Lo que nos perdemos.
Querido whatsapp
La de información que se pierde a través de la pantalla es brutal. Veo letras y emoticonos, y a partir de ahí, me tengo que imaginar la actitud, la intención, el tono. Me desgasta. Me agota.
El día que sin querer fui SARA BARAS
Un cartel en un tablón de corcho anunciaba la actuación flamenca de Rocío Hellín, pero los niños de esa edad no saben leer… me vieron aparecer y gritaron: ¡La Seño Baras ha venido!
Cicatriz
Le hice creer que se marchaba por su propio pie, sin darle ni una pista para que se percatara de que yo, también quise soltarle. Así, con una sonrisa y un deseo de buena suerte, quedándome en mi superficie, la que él conoce.
El año maestro
Me paso los días limpiándome las entrañas. Busco los lugares donde me guardaron la esencia y he dejado de tener el corazón frío. Ya es.