Como aficionada al flamenco, malgasté los primeros cortes buscando a la Rocío Márquez de hace 15 años, la de la lámpara minera, la que sonreía a todos, que siempre quedaba bien, la que sufría por desagradar. Hubo un momento en el que me di cuenta que tenía que dejar de buscar esa piel, como en sus seguiriyas.
Los vivos y los muertos: Cumbre Flamenca Murcia
Supe desde el primer momento que nunca he dejado de ser flamenca, solamente dejo de mostrarlo porque vivo con un escudo que me cansa, siendo el flamenco el aire de mi libertad, la fuerza para seguir entre los vivos, y los muertos.