El Duende volvió a vivir, y hasta hoy hay relatos y testigos de que sigue existiendo, sigue y continúa entre nosotros. Aparece ante mis ojos, ante los tuyos… Gracias a aquel hecho, a aquel mal presagio que nunca sucedió, hoy disfrutamos de su encanto en forma de palos.
Un regalo invisible -cuento flamenco-
De pronto, enmedio de aquella célebre fiesta, se abrieron las puertas de la sala y la gente le dió paso a una mujer oscura, ataviada con viejos trapos que cubrían su cuerpo, la arrugas marcaban su cara y por la espalda le caía una larga trenza de pelo negro.